Emocionante y vitalista la sesión de hoy. Después de trabajar nuestra voz para entregársela a la poesía surgen emociones y sensaciones que nos ponen la piel de punta. Nuestras voces nos transportan a nuestras vidas y también a los universos más profundos, nuestros sueños.
En la primera parte de la sesión trabajamos ejercicios de respiración, colocación y vocalización que nos ayudan a conocer y controlar nuestra voz, así como a hacernos más conscientes de cómo la voz surge de un cuerpo activo y enérgico. El diafragma es el motor que impulsa el aire para darle potencia a nuestro sonido, la cabeza el filtro que pondrá los matices del timbre y nos permitirá cambiar de registros y tonalidades.
Los ejercicios de lectura y oralidad nos ayudan a conocer otras formas de interpretar y locutar los textos. Trabajamos los cambios de ritmo, de velocidad y de puntuación, y utilizamos las pausas e intenciones en las palabras para tratar de encontrar imágenes capaces de trasportar al oyente al imaginario de los textos.
En la segunda parte, jugamos con un elemento sonoro adicional para decorar y llevar nuestro voz aún más lejos, la música. ¿Cómo acompasar nuestras voces a esas olas sonoras que nos acompañan en la radio? Ya en el estudio, concentradas en nuestra poesía, grabamos con música y disfrutamos de este viaje sonoro a través de nuestras emociones. Os dejamos con ellas:
Cuento «el ratoncito perdido» escrito y narrado por Ángel:
Poema ¡No estoy chiflada! de Gloria Fuertes recitada por Satur y Julia de la Prida:
La alimentación, poema de Fe Ransanz narrado por ella misma:
Ana nos recita una poesía de Becquer, «Dices que tienes corazón…»:
Mari Carmen Martín nos trae el humor recitando «Un estudiante de Leyes»:
Bruna recita una poesía propia sobre la vida pastoril dedicada a sus hermanos, «Madre y pastora»:
Manuel nos habla de la incertidumbre del sentir con esta poesía propia, «Quisiera ser…»:
Julia nos recita esta irónica poesía que nos habla de la prisión de donar nuestra vida a los bancos, «Hijo mío»:
Con Manuela nos ponemos emotivos al escuchar su sentimiento puesto en la poesía de Rafael León, la profecía:
María José recita el naturalismo de Bécquer en «¡Cómo vive una rosa!:
Elvira homenajea a su padre con esta hermosa poesía:
Judith y Elvira le ponen otra nota de humor a la desidia política con «mitin»:
Paloma recita la sensualidad y el erotismo de la poesía de Gioconda Belly:
Carmen León nos lleva hasta su infancia con este «Adiós a su hermano mayor», poesía escrita por ella misma:
Como habéis podido comprobar, este grupo está lleno de artistas y juntas componemos una paleta multicolor de emociones, sensaciones y vibraciones. Nuestras voces unidas hacen una MAYOR VOZ.
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